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Esas cartas de antes

Escrito por Carlos Lanz Hernández-García.

 

 

Con este título me imagino que todos sabéis a que me refiero, lo he comentado alguna vez en el foro, tengo una colección que aunque no tiene valor crematístico sí que lo tiene y mucho en mi corazón, a lo largo de mi vida he guardado mi correspondencia y un buen día se me ocurrió montar una colección como si fuese un diario y me quedé sorprendido de que de una forma cronológica y con muy pocas inserciones no filatélicas, toda mi vida desde mi juventud estaba representada en cartas, me siento muy afortunado por haber guardado las cartas que pasaron la criba de recortar los sellos.

La carta de la que voy a hablar hoy es de esas que todos hemos recibido pero que muy pocos hemos guardado, me refiero a las cartas de las novias de verano,  es una muy curioso nadie se lleva estas cartas de la casa de sus padres, es como si perteneciesen a otra vida que no queremos compartir. De hecho yo rescaté alguna cuando empecé a montar esta colección.

Al decir esto me estoy imaginando la cara que todos estáis poniendo, cada uno pensando en Santander, Mallorca, Torremolinos, Rosas, Benidorm, Marbella y un larguísimo etcccc.

En mi caso es Castro-Urdiales, cuando era un pequeño pueblecito pesquero y no lo que es ahora, mi familia tiene una casita y allí pasábamos los veranos, cuando el veraneo era de tres meses. En el año 1980 Empecé a salir con una chica Francesa y cuando se marchó empezamos a cartearnos, en cuanto echaba la carta al buzón ya estaba esperando la respuesta y cuando esta llegaba, la leía una y otra vez intentando sacar conclusiones entre líneas.

Eran otros tiempos, las cartas se utilizaban para dar mensajes de cariño, amor o deseo y como no se decía nada expresamente, había que interpretar, además estaban los padres, aún me acuerdo de la cara del padre de Sylvie cuando la iba a buscar ¡y eso que era francés! Las frases de nuestras cartas eran pensadas y había casi siempre una clave que aclaraba lo que querías decir, por ejemplo “me acuerdo mucho de cuando estuvimos en punta estevanot (un risco junto al mar)” este mensaje dejaba claro todo el párrafo anterior o el siguiente. Cuando escribías una carta dedicabas un tiempo a pensar exclusivamente en la persona a la que te dirigías. Que lejos queda esto. Los recuerdos son muchos.

Me imagino que ahora para los jóvenes será mejor, pero que queréis que os diga ¡que bonitas eran esas cartas!

 

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