Temática

San Francisco Javier



El 3 de julio de 1952, España emitió una serie de correo aéreo compuesta por un sello de valor facial 2 pesetas, dedicada al IV Centenario de la Muerte de San Francisco Javier. El método de impresión empleado fue la calcografía. Dentado 12 ½ por 13. Se emitieron en pliegos de 100 sellos. Tirada 1.000.000 ejemplares. Tamaño 24, 9 por 28,8 milimetros. El motivo que reproduce es el retrato de Francisco Javier realizado por Elias Salaverria Inchaudarrieta.

Elias Salaverria Inchaurrandieta nació en Lezo (Guipúzcoa) el 17 de abril de 1883. En el año 1894 ingresa en la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián. En 1897 los Marqueses de Cuba le otorgaron una pensión para que continuara con sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). En esta Escuela el profesor que mas influyó en su estilo fue Luis Menéndez Pidal.

En 1909 se trasladó a París donde estudió a los pintores modernos (Lucien Simon, Henry Martin) que influyeron en su obra. Entre sus múltiples galardones destacan la medalla de oro lograda en la Exposición Internacional de Munich (1913) y en la de Panamá (1916). En la década de los años 20 realizó varios retratos de personalidades españolas, destacando el que realizó a Alfonso XIII. En el año 1944 es nombrado académico de San Fernando. Desde el año 1946 se dedica a la pintura mural, falleciendo en Madrid en la Iglesia de San Francisco el Grande al sufrir un accidente mientras trabajaba (1952).

Centrándonos en el personaje retratado , San Francisco Javier, cabe señalar que este año se celebra el V Centenario de su nacimiento , el 3 de diciembre de 2005 se procedió a la apertura del V Centenario donde se han celebrado una gran cantidad de eventos conmemorativos.

Nació el 7 de abril de 1506 en el Castillo de Javier (Navarra). Sus padres eran Juan de Jaso Atondo y María Azpilcueta Aznarez. Juan de Jaso era doctor en leyes y pertenecía al Consejo de Navarra. En el año 1472 se le nombra Maestro de Finanzas del Reino. Su madre aportó al matrimonio el Castillo de Javier. Francisco Javier era el menor de cinco hermanos. Sus hermanos eran Miguel, que era el hermano mayor y heredero de la familia y que vivía en el castillo, y su hermano Juan que adquirió el apellido de su madre y era conocido como el Capitán Azpilcueta. Sus hermanas eran Ana y Magdalena, que fue Dama de Honor de Isabel la Católica, pero se retiró al convento de las Clarisas en Gandía.

A los 18 años abandona el Castillo y se dirige a París para estudiar en la Universidad, en el Colegio de Santa Barbara, donde en el año 1528 se licenció. París siempre tuvo fama de ser una ciudad alegre pero el barrio latino donde se encontraban los 50 colegios que formaban la Universidad era el más bullicioso. Aunque los Reglamentos de los Colegios Mayores destacaban por su severidad, Francisco lograba salir por las noches para recorrer las timbas y tabernas; en una de esas escapadas nocturnas conoció a San Ignacio de Loyola. En un principio, a San Francisco Javier no le agradaba la compañía de San Ignacio, que le repetía “¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si se pierde a si mismo?” al pensar que tales afirmaciones iban en contra de sus pretensiones. Sin embargo, progresivamente, esta afirmación va calando en Francisco Javier, e Ignacio le convence para que realice un retiro espiritual, que ideó basándose en la lucha por la santidad. Durante su estancia en París conoció a Pedro Favre que llegó a ser Jesuíta y Beato.

En el año 1534, en la cripta de la Iglesia de Montmartre, Francisco Javier, Ignacio de Loyola y Favre, junto a cuatro compañeros, hicieron voto de pobreza y decidieron viajar a Tierra Santa para iniciar su labor misionera, bajo total dependencia del Papa.

Tres años más tarde recibieron la ordenación sacerdotal en Venecia. Abandonando el proyecto de Tierra Santa decidieron viajar hacia Roma donde Francisco ayudó a Ignacio en la redacción de las “Constituciones de la Compañía de Jesús”.

En 1540, San Ignacio ordenó a Francisco Javier y a Simón Rodríguez que viajaran a la India, en lo que sería la primera expedición misionera de la Compañía de Jesús. Francisco Javier llegó a Lisboa en junio, para reunirse con Simón que asistía e instruía a los enfermos en un hospital. Francisco se hospedó en Lisboa y con Simón asistía a los enfermos y predicaba el catolicismo. Los domingos confesaban a los miembros de la Corte, porque el Rey Juan III les apreciaba enormemente, por eso no dejó partir a Simón y Francisco permaneció en Lisboa durante 8 meses.

Francisco Javier parte hacia la India el 7 de abril de 1541, cuando cumplía 35 años. El rey le dió un breve en el que el Papa le nombraba Nuncio Apostólico en Oriente. Como acompañantes viajaron Pablo Camerino y Francisco Mansillas. Otros cuatro barcos completaban la flota. En el barco que viajaba Francisco Javier iba tambien el Gobernador de la India Don Martín Alfonso Sousa. Las personas que componían la tripulación y los viajeros eran muy diversos, por lo que Francisco Javier tuvo que hacer frente a varios incidentes producidos por peleas. Transformó su camarote en enfermería porque, al poco de iniciarse el viaje, se produjo una epidemia de escorbuto y los misioneros atendieron a los enfermos. La expedición llego a Goa el 6 de Mayo de 1542.

Goa era colonia portuguesa desde el año 1510 y allí estaban establecidos un gran número de cristianos y contaba con obispos, clero y varias iglesias, pero se estaba produciendo una pérdida de fe, además de conductas poco morales que no fomentaban que la gente se acercara al catolicismo.

Francisco Javier por las mañanas asistía y consolaba a los enfermos y a los presos. Después iba por las calles con una campanita para llamar a los niños y a los esclavos para enseñar el catecismo. Para facilitar la comprensión de lo que predicaba, Francisco compuso varias canciones.

Transcurridos 5 meses, Francisco Javier se entero de que en las costas de la Pesquerías habitaba la tribu de los Paravas que, aunque se convertieron al catolicismo para obtener la protección de Portugal, continuaban celebrando ritos paganos. Francisco visitó el lugar en varias ocasiones, aprendió el idioma nativo y se amoldó a las costumbres locales. Durante su estancia en las Pesquerías realizó varios milagros como el caso de un niño que murió ahogado en un pozo. Francisco Javier ora por el niño, le hace la señal de la cruz y cogiéndole de la mano le dice: “En nombre de Jesucristo te mando que te levantes vivo” el niño se levanto y Francisco se lo dió a su madre.

En la primavera del año 1545 Francisco se dirigió a Malaca, una ciudad próspera que en el año 1511 fue conquistada por la corona portuguesa por Alburquerque, Francisco fue acogido con hospitalidad.

En abril de 1549 parte hacia Japón, desembarcando el día de la Asunción en Kagoshima, donde aprendió el japonés y tradujo al japonés, de forma más sencilla, la doctrina católica. En un año logró aproximadamente 100 conversiones lo que originó el recelo de las autoridades japonesas que le prohibieron que continuara su predicación, por lo que decide trasladarse a Hirado, al norte de Nagasaki, donde el gobernador le acogió con bastante hospitalidad. Marchó a Yamuguchi en Honshu donde predicó en las calles pero no tuvo mucho éxito e incluso se burlaron de él.

Francisco partió a Miyako (Kioto), que en aquella época era una de las ciudades más importantes de Japón. En cuando llegó a su destino se enteró de que para que fuera recibido por el gobernador, tenía que pagar una suma de dinero mayor de la que disponía, y como en la ciudad había una Guerra Civil decidió partir a Yamaguchi. Allí, para lograr que fuera recibido por el gobernador, hizo valer sus credenciales y le entregó algunos regalos; el gobernador le dió permiso para que predicara y le cedió un antiguo templo budista para que se alojara.

Cuando se enteró de que un barco portugués había atracado en Funai (Oita), Francisco decidió embarcarse para realizar una visita a las comunidades cristianas indias, y posteriormente viajar a la China.

El 25 de abril de 1552 se embarca nuevamente con un sacerdote, un estudiante jesuíta, un criado indio y un joven chino, para que le sirviera de intérprete. En Malaca Francisco Javier es recibido por Diego Pereira, embajador de la Corte de China. Álvaro de Ataide (hijo de Vasco de Gama) era el jefe de la marina de la región. Como era enemigo de Diego Pereira, se negó a dejar partir a Francisco y a Pereira. Ataide en un principio no se dejó convencer por los argumentos de Francisco, incluso cuando le enseñó el Breve de Paulo III, que le nombraba Nuncio Apostólico, pero finalmente ante el hecho de que obstaculizar la labor de un nuncio apostólico podía acarrear la excomunión, permitió partir a Francisco Javier. Partió con la compañía del joven chino con la pretensión de poder entrar clandestinamente en China, que era inaccesible a los extranjeros.

En agosto de 1552 arriba en la isla de Sancian, que está aproximadamente a 20 kilómetros de la costa y está localizada a unos 100 kilómetros al sur de Hong Kong. Con mucha dificultad y tras pagar una cantidad de dinero considerable, convenció a un mercader chino para que le desembarcara de noche en Cantón, jurándole que no revelaría su nombre a nadie.

Mientras esperaba al mercader que no se presentó, Francisco Javier cayó enfermo. El 21 de noviembre tuvo un ataque de fiebre y se refugió en el barco, pero estaba incómodo por el oleaje y, a la mañana siguiente, pidió que le trasladaran a tierra, donde un comerciante le hospedó en su cabaña. El 3 de diciembre de 1552 Francisco Javier falleció a los 46 años.

Uno de los marineros del barco aconsejó que se llenara el feretro de barro, para facilitar el transporte de los restos. Transcurridas 10 semanas se abrió el féretro y se retiró el barro, comprobándose que el cuerpo estaba incorrupto y que únicamente olía a barro. El cuerpo fue trasladado a Malaca y posteriormente a Goa, donde los médicos comprobaron que el cuerpo se encontraba incorrupto. Reposa en Goa en la Iglesia de Buen Jesús.

El 12 de marzo de 1622 fue canonizado por el Papa Gregorio XV, junto con Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Isidro Labrador y San Felipe Neri. En el año 1904 el Papa Pio X le nombró patrono oficial de las misiones extranjeras y de todas las obras vinculadas a la propagación de la fe.

Además de la importancia de las misiones, en torno a su figura hay dos elementos muy importantes. Las conocidas popularmente como las javieradas y el Castillo de Javier, donde nació el Santo.

El Castillo de Javier se construyó en el siglo X, sobre un promontorio que domina el Valle de Aragón, en las cercanias de la localidad de Javier, en Navarra. En el año 1516 fue destruído por el Cardenal Cisneros a consecuencia de las revueltas que se originaron por aquella época.

En el año 1233 el Rey de Aragón era propietario del Castillo. En 1236 el dueño era el Rey de Navarra. En el siglo XVI los propietarios eran la familia de Francisco Javier. En la actualidad es propiedad de los Jesuítas. Se convirtió en casa-museo de Francisco Javier.

El Castillo se situa en las cercanías del Camino de Santiago, porque se encuentra muy cerca de Sangüesa y del monasterio de Leyre, por lo que sirvió de refugio a peregrinos del Camino de Santiago.

Al recinto se accede por un puente levadizo, que da a un patio defendido por la Torre del Cristo y se accede al interior del castillo por una puerta con matacanes. Destaca la Torre del Cristo donde se encuentra una capilla con un Cristo de Nogal de talla gótica, que según la tradición sangraba cuando a Francisco Javier le ocurría algun suceso delicado, sangrando el dia en que falleció el Santo.

Las peregrinaciones que se realizan al castillo de Javier, son conocidas popularmente como Javieradas. Se realizan durante todo el año, pero las más importantes y populares son las que se celebran a principios de marzo, en dos fines de semana consecutivos.

La del primer fin de semana finaliza en torno al castillo, en un domingo comprendido entre el 4 y el 12 de marzo (novena de gracia). La segunda concluye el sábado siguiente con una celebración eucarística a las cinco de la tarde.

La Novena de Gracia es una práctica religiosa que consiste en solicitar a San Francisco Javier la concesión de una gracia. Concluye el 12 de marzo porque fue el día en que canonizaron al Santo.

Cristina Martín, 8 de junio de 2005.