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Gracias yayo Antonio

Escrito por Carlos Udina Blecua (Tionicnac).

Son dos sellos, no pienso poner su número de catálogo ni su valor de venta. Pero fueron mis primeros sellos de colección, los que más quiero y los que mejor historia tienen.

 

¿Por qué mi abuelo Antonio dejó cientos de ellos pegados en la contraportada de varios libros de consulta? ¿Para qué? Mi abuelo era Secretario de Ayuntamiento en un pequeño pueblo de Huesca, no coleccionaba sellos, ni nada. Nunca conoceré las razones que le hicieron pegar esos cientos de sellos ahí.

 

Mi abuelo Antonio murió cuando yo tenía seis años. Recuerdo poco de él, apenas cuando nos sacaba a pasear orgulloso de la mano a mi hermano y a mí por el pueblo.

 

Pero el destino quiso que un par de años después de que él muriese, yo me entretuviera curioseando los libros y papeles que quedaban en la estantería de su pequeño despacho. Encontré esos sellos y los arranqué como pude poco a poco. Los miraba y remiraba. ¡Salía un rey! ¡Parecían muy antiguos! No se los enseñé a nadie hasta meses después, no sabía si estaba haciendo algo malo. Más de uno se rompió en el intento de despegarlos, lo reconozco.

 

Después se los enseñé a mi padre (otro día os hablo de él), no se enfadó, al contrario, le parecía curioso que yo me entretuviese con esos papelitos y me empezó a traer sellos de las cartas que llegaban a su oficina.

 

Increíblemente así comencé a coleccionar sellos. Nadie en mi familia lo hace, ni entre mis amigos, sólo yo. ¿Por qué había pegado esos sellos ahí mi abuelo? Nunca lo sabré, estoy seguro. Pero gracias yayo Antonio.

 

¿Alguien más entre vosotros empezó a coleccionar sellos de forma tan rara?

 

 

 

 

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