¿UN EJEMPLO EXTREMO DE PERSONALIZACIONES POSTALES?
Figura 1
Algunos la conoceréis por lo que veis, pero no sé si por su (posible) historia.
A primera vista, una carta con dos sellos (Edifil 243 y 246) del Cadete perforados con troquel INVAR (fig. 1). De Sevilla (fechador de salida el 11 ó 12 de febrero de 1909) a Chaux de Fonds, Suiza (fechador de llegada el 15 de febrero de 1909). ¿Pero qué puede esconder esta carta?
La perforación INVAR hasta el presente no había sido documentada en sello español, por lo que tiene en su curriculum ser, al menos hasta ahora, el primer documento que evidencia su presencia, ampliando el catálogo de perforaciones de España. Además de no haber sido vista (bueno sí, alguno tenía a buen recaudo esta carta en su colección sevillana), tampoco se tenía conocimiento de su existencia a partir de la normativa legislativa, al contrario que acontece otras veces, ya que alguna perforación fue autorizada pero no ha pervivido, hasta hoy, documento postal alguno que lo certifique.
Pero, ¿qué o quién es INVAR? Varias vueltas fueron necesarias para caer en lo que estaba delante de los ojos: el destino a Suiza. Ello llevó a “husmear” en el catálogo de perforaciones de Suiza, y... en la 16, INVAR (fig. 2). Y todo cuadraba. Dimensiones de la perforación y fechas de uso. INVAR en Suiza se conoce sobre sellos utilizados entre 1903 y 1909, por lo que a todas luces el INVAR español correspondía con el INVAR suizo. Con la “Compañía de montres Invar”, vinculada directamente al destinatario de la misiva, Achille Hirsch & Fils. Una empresa vinculada a la fabricación de artilugios, tales como relojes (de los buenos -fig. 3-).
Pero ¿por qué se perforaron los sellos españoles? Miles de sellos han pasado por nuestras manos y por las de otros coleccionistas y, hasta el momento, ningún otro Alfonso XIII había sido visto perforado con esta marca. ¿Por qué? La ausencia de normativa que la autorice permite avanzar una historia plausible vinculada a la no casualidad.
Cabe pensar que Bazar Lozano (remitente de la carta) se trataría de una empresa que vendía (y/o distribuía) en España los relojes suizos INVAR, una empresa relacionada estrechamente con la filial, hasta el punto que en Sevilla se disponía de sobres pre-impresos con la dirección de la matriz. Y en este contexto de vínculos (o dependencias empresariales) la matriz suiza INVAR dispondría a Bazar Lozano de sobres y sellos para la comunicación entre ambas, asegurándose (en teoría) de que Bazar Lozano no utilizaría irregularmente los sellos que posiblemente hubiera asumido en coste directamente INVAR suiza.
De ser ésta la historia de los “agujeros” en el Cadete, la perforación INVAR en España representa un ejemplo extremo (y mixto, por la combinación del sello español y la perforación suiza) de la esencia de las personalizaciones vinculadas al acto de perforar: la utilización del documento postal exclusivamente por el titular de la compra del documento postal, evitándose así fraudes empresariales.
Figura 2 Figura 3
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