Rescato los sobres que confeccionamos en la exposición de septiembre del pasado año,
con los que el Círculo Filatélico y Numismático de Huelva conmemoró su XXX aniversario y con la que queríamos homenajear a nuestros fundadores.
Entre ellos, al amigo José García del Hierro, Gran Filatélico y excelente comunicador, que amenizó muchas tardes de reuniones con sus historias basadas en la filatelia.
Lamentamos no haber celebrado los XXV años, que es lo típico, ya que en esa fecha Pepe aún estaba con nosotros, pero posiblemente su enfermedad fuera lo que nos hizo no caer en ello.
El amigo Pepe era un filatélico de los de antes, de los buenos.
Maño de nacimiento, de padre ferroviario, vivió en distintas localidades motivado por la profesión del padre. En Sevilla, cursó estudios de Magisterio, a la vez que había ingresado en la RENFE. Terminada la carrera de Maestro Nacional, nunca llegó a ejercerla.
Maquinista, primero de máquinas de Vapor, pasó por las de Fuel-oíl, las Diesel y, finalmente, las Eléctricas. En todo su entorno, cariñosamente era conocido como el “Maestro”, ya que su grado cultural se notaba enseguida, tanto en la conversación como en su forma de ser.
En Madrid, donde también estuvo destinado, conoció a su mujer Carmen, con la que se casó, asentándose definitivamente en Huelva. En la década de los setenta contactó en la plaza Tartessos, mercadillo filatélico de aquella época, con otros coleccionistas, surgiendo la idea de dar a luz una asociación, El Círculo, como lo llamamos coloquialmente.
Coincidió con Segundo Heredia Machado, con el que mantuvo una estrecha amistad que duró hasta su fallecimiento; Segundo fue el primer Presidente del Círculo y Pepe el Tesorero.
Pepe, alto y corpulento, por sus vivencias, era un “tío de izquierdas”, y Segundo, bajito y “achaparrao”, los que le conocen saben que es de derecha, de los de toda la vida. Dos personas tan distintas, eran excelentes amigos por mor de su afición común, el coleccionismo de sellos;
De lo que es capaz la filatelia.
Pepe era un filatélico de los de antes, le fascinaba el sello usado, con matasellos nítidos y no sellos emborronados, los que rechazaba de plano aunque no los tuviera, coleccionando solo los de países solventes, Tenía varias colecciones de países serios, de prestigio filatélico, concretamente una de Francia, su preferida. De las más completas conocidas de este país, todo en usado, y lo más curioso, siempre la conservó en un clasificador. Tenía una gran facilidad para identificar cualquier sello, lo cual demostraba su alto conocimiento.
Otros países que coleccionaba eran: España, Venezuela, Suecia, Suiza, Alemania, Holanda, Bélgica, etc.
Verlo manejar un Catálogo, concretamente el Yvert, era una delicia, pues se lo conocía a la perfección desde la “A” a la “Z”. Llevaba sus “mancolistas” al día, en una libretita con los nº de los sellos de cada país que le faltaba.
En las reuniones de los viernes, siempre me apoyé en el, para amenizarlas. Nunca se negó, y sus relatos conseguían atraer la atención de los compañeros. Empezando a hablar de filatelia, cuando te dabas cuenta estaba relatando cuestiones de la segunda guerra mundial, de cómo en un momento dado en Francia tuvieron que utilizar taxis para desplazar tropas al frente,…. de tantas y tantas cosas que hacían que estuviéramos absortos, con sus relatos. Su capacidad de comunicación era extraordinaria.
Cualquier cosa que se diga de él, siempre será poca.
Baste con relatar una anécdota que ilustra su conocimiento filatélico (los sellos para él eran la escusa para indagar, analizar, aprender, …)
En una exposición donde colaboró con su colección de Venezuela, acertó a visitarla Dña. Pilar Pulgar, alcaldesa de Palos de la Frontera quien con su esposo, D. José Mª Tejero, Profesor del Colegio Universitario de la Rábida, habían impartido clases en la Universidad de Caracas, Venezuela, país en el que el matrimonio residió durante unos años.
A la vista de la colección, Dña. Pilar reclamó su presencia y departió con Pepe largo y tendido, hablando de los distintos estados de dicho país, sus riquezas, sus monumentos, etc. y ante tanto conocimiento, Dña Pilar le preguntó que cuanto tiempo había vivido en Venezuela, a lo que Pepe le comentó, que nunca había estado allí, que todo lo que conocía se lo debía a los sellos. Dña Pilar quedó maravillada, pues tenía tanto o más conocimiento del país que ella misma.
El Círculo quiso hacerle un homenaje, como buen filatélico y mejor amigo, aprovechando el nuevo producto de Correos, el sello personalizado.
Por desgracia para nosotros, sobre Pepe no existía ninguna reseña de ningún tipo, ni siquiera en Internet, “oráculo” actual donde parece debe estar recogido el conocimiento humano; y si allí no aparece algo, es como si no existiera. Excusa suficiente para que Correos procediera a rechazar nuestra petición. Así que tuvimos que conformarnos con elaborarle una viñeta.
Como no perdemos la esperanza de poderlo filatelizar, igual este artículo pudiera servir de referente para que Correos aceptara emitirle un futuro personalizado.
José García del Hierro, Maestro, Amigo Pepe, te echamos de menos.
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