Hoy en día no hay pareja próxima a casarse que no busque, o al menos lo intente, unas invitaciones de boda “diferentes”, intentando no caer en lo clásico. Así que las casas de edición que se dedican a este tipo de trabajos supongo que se deben devanar los sesos tratando de buscar originalidad y discreción.
Y yo me pregunto: ¿Qué es lo clásico?
Bueno pues os muestro este sobre de mediados del s. XIX, para ver si nos ayuda. Como podéis ver está ilustrado a mano y enviado a la duquesa de Granada de Ega en Azcoitia. No sé si los novios trataron de ser originales y no caer en lo clásico, pero desde luego no se puede decir que no lo intentaran, personalizando al máximo su envío.
Jesús García Gazólaz (cascajo)

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Se trata de un sobrescrito previamente tipografiado en letra inglesa, que los clientes de Pickman y Compañía remitían a la empresa como conformidad del saldo de su cuenta deudora y que lo hacían, con relación al 31 de Diciembre del año anterior.
Carlos Pickman fue un comerciante inglés de Liverpool, afincado en Sevilla y que en 1841 alquiló el edificio maltrecho del Monasterio Cartujo de la Orden de San Bruno, para transformarlo en fábrica de loza y porcelana china decorada a la manera inglesa. Se hizo muy famosa, y sus instalaciones emblemáticas en su género, duraron hasta 1982."

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   Corría 1998, año del Centenario del Athletic Club de Bilbao. Los Rolling Stones darían un concierto en "La Catedral" el 18 de junio, para culminar las celebraciones del  Evento. La expectación era impresionante, la conjunción de ver al Grupo de tu vida en el campo de tu equipo no podía ser más increíble.
  
   Cuando aterrizaron en Hondarribía el día anterior, llegaron los primeros rumores, Mick Jagger tenía faringitis y se podría cancelar. La gente no se lo podía creer, pero ocurrió, se suspendió el concierto. 
  
   Tiempo después me paré a mirar el escaparate de la filatelia del "Casco Viejo" y de repente la vi. La Carta plasmaba una ilusión que había sido muy intensa, en Ella aparecía el sello conmemorativo de los 100 años y el cartel del concierto y me pareció el mejor recuerdo que podía tener de algo "que nunca sucedió".

   Cinco años después, en deuda con Bilbao, los Rolling volvieron y dieron en San Mamés un concierto apoteósico.-

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A veces, llegan a nuestras manos cartas que no corresponden a escritos comerciales, si no a temas más personales y humanos.
Es el caso de la pieza que os muestro en esta imagen de la semana. La carta fue enviada desde el pueblo francés de Marsillargues, sito en el departamento de Herault, en Septiembre del no tan lejano año 1975.
Lo curioso, se encuentra en su escrito interior. Es una carta de una pareja de españoles, enviada a su hijo que vive en un pueblo de Valencia, contándoles como les va el mes de trabajo que están pasando tan lejos de su hogar y su familia. Cuentan que han estado cogiendo manzanas, uva, le dan recuerdos a toda su familia, a sus nietos. También hace mención a que están muy bien con la gente del pueblo, incluso asisten al baile que hay muchas noches.
No caeré en el tópico de la criticar a aquellos que están en contra de la inmigración, tan solo recordaré, y esta carta lo atestigua, que no hace mucho eran nuestros antepasados los que tenían que ganarse la vida allí donde podían. Y en este caso me pilla más de cerca que nunca, pues esta carta fue escrita por mi abuelo, y el destinatario no era otro que mi padre.
Un saludo.
Iván López Muñoz (Ivanhoe)

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Una de las colecciones que tengo pendientes de montar es lo que os muestro. No es nada fuera de lo común, sino más bien una especie de recuerdo filatélico de los sitios a donde viajo. Consiste básicamente en: foto de la oficina de correos, carta certificada auto enviada a mí mismo y resguardo del certificado. Pensando en ello y para La Imagen de la Semana he decidido acudir a un amigo con el que viajo a menudo y me sufre mis turisteos filatélicos. Le he pedido que cuente un poco qué es viajar con un filatélico al lado. He tenido que recortarlo un poco, pero esto es lo que me ha enviado. Seguro que más de uno se siente identificado.
  
Una de las cosas que tiene viajar con Julio es que ya sabes que durante un rato, en el momento más inesperado, él se despegará del grupo para dedicarse por unos minutos a una especie de práctica ritual, ya sea esta la de entrar en una oficina de correos y volver con un sobrecito con sellos del país, la de buscar un buzón y, agachado, ponerse a escribir postales ¡¡¡que encima se envía a sí mismo!!!, o la de trastear con una bolsa de papeles que esperan al camión del reciclaje para venir triunfalmente con un sobre rescatado y con una sonrisa de oreja a oreja. Incluso si en un momento desaparece, lo más adecuado es estarse quieto y buscar con la mirada un buzón: el 80% de las veces no anda lejos de él.
Las primeras veces te sorprendes que, mientras el resto del grupo fotografía el Coliseo, por ejemplo, él está dado la vuelta fotografiando otra cosa. Y cuando le preguntas qué narices hace, te señala un edificio y te explica que eso es una oficina de correos.
Con el paso del tiempo (y de los viajes), ya te acostumbras. Ya sabes que cuando te dice, -oye, esperadme un momento- lo mejor es señalarle un bar y decirle que ahí le esperamos. Es como un acto esperado, que ya por repetitivo, deja de sorprenderte. Es como si tuviera que practicar su rito para después volver más tranquilo al mundo de las personas normales. Es una necesidad básica, como el comer.
Curioso es cuando, tras volver de uno de esos momentos, trata de explicarte qué, cómo y desde cuándo funciona el correo en ese país o te enseña un sello que ha comprado. En esos momentos lo mejor es asentir repetitivamente con la cabeza y poner cara de interés mientras piensas en un sitio para ir a cenar esa noche.

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Llevo jugando al fútbol desde los 6 años, y mi padre me enseñó a coleccionar casi a la vez.

Lo que sí es verdad es que cada vez le hago más caso al fútbol y a las chicas que a los sellos. Pero continúo con mi colección para seguir participando en las exposiciones juveniles. Una forma de juntar sellos y fútbol, es que gracias a que mi padre habló con los directivos de la Escuela del Club de futbol en que estaba como Alevín en 2007, se hizo un sello personalizado para mi Escuela de Fútbol, que me parece que fue el primero dedicado a este tema en España. Aquí pongo la imagen del primer día en que circuló este sello, y aunque ahora estoy en otro Club de Fútbol como jugador, para jugar como Cadete el año que viene, este sello me recuerda mi otra afición.

Espero que os guste.

 

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