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Propaganda postal norteamericana durante la Guerra de Cuba

Escrito por José María Raya Sánchez.

 

 

Independientemente de la responsabilidad del Jefe del Gobierno español, Mateo Práxedes Sagasta, en la pérdida de Cuba en 1898, sobre todo en base a su política errática y ambigua en relación a la cuestión colonial durante los distintos gobiernos que presidió, lo cierto es que poco más se pudo hacer para conservar la denominada Perla de las Antillas. Y gran parte de la culpa de llegar al conflicto bélico, aparte de los evidentes intereses económicos norteamericanos junto al declive político y económico español, se le achaca a la prensa estadounidense (Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst, entre otros) y su deriva amarillista. Les sonará aquello de “¡Recordad el Maine!” (“Remember the Maine!”), repetido hasta la saciedad. 

A esta propaganda periodística, que incluía noticias absolutamente falsas e interesadas para crear un fuerte estado de opinión entre los ciudadanos estadounidenses a favor del conflicto armado, se unió también la propaganda postal. La guerra tuvo lugar entre el 21 de abril y el 10 de diciembre de 1898. A continuación muestro un sobre norteamericano ilustrado de mi colección, circulado desde la estafeta postal de Chickamauga Park, en Chattanooga (Tennessee), salido el 15 de agosto de 1898, en dirección a Pottsville (Pensilvania), donde llega dos días después según fechador de llegada al dorso. Franqueada con sello de 2 centavos con la efigie de Washington, en color rojo carmín, emisión norteamericana de 1897-1900. El remitente tiene el mismo apellido que el destinatario; intuyo que se trata de un soldado localizado en dicho Campamento George H. Thomas, del ejército estadounidense, que le escribe a su familia. 

La ilustración es muy curiosa y representativa de esa labor propagandística. En ella se puede ver al Tío Sam, símbolo nacional estadounidense (como el águila “calva”, a su espalda), jugando una partida de póker frente a Mateo Sagasta, éste último ataviado con ropas de bandolero español. El americano pregunta: “Sagasta, ¿qué tienes?”, en referencia a qué cartas tiene, y el presidente del gobierno responde: “Tengo tal dolor de cabeza”. Por las fichas en la mesa, el Tío Sam va ganando de sobra la partida. Pero tal vez lo más interesante sean las cartas que sostiene el americano, que simbolizan las plazas amenazadas: Havana, Santiago, Manila, Porto Rico….y no se lo pierdan, también Cádiz!! La ilustración tiene Copyright, escrito en letra muy pequeña, debajo de la silla de Sagasta.

Con esta pieza he querido ilustrar cómo los efectivos postales pueden contribuir a hacer propaganda, incluso en situaciones de contiendas bélicas, y tal vez ésta sea, la Guerra de Cuba, la primera vez que se utilizó esta opción. 

 

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